Bienvenido a TOMARES Espacio Público

La ciudad es hoy el espacio de todos los encuentros y, por lo tanto, de todas las posibilidades, es el terreno de todas las contradicciones y de todos los peligros dice la Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad (Saint Denis 2001) . Es en la ciudad donde se abren las condiciones para una democracia de proximidad, es en la ciudad donde se presenta la ocasión para que todos los ciudadanos y ciudadanas participen en la definición y animación de un espacio público de calidad.

Una ciudad o un pueblo no es solamente un conjunto de casas y de calles amontonadas o dispuestas en serie sobre un espacio cualquiera, una ciudad se define en torno a un espacio público, cuyo acceso esté abierto a todos, pero ese espacio público no es tanto un lugar físico como un medio de comunicación en el que podemos encontrarnos con los otros a través de la palabra. El filósofo alemán Habermas define el espacio público como ese espacio simbólico en el que se hace y habita la opinión pública.

Con estas páginas –querido lector- que ponemos en tus manos, con este hermoso nombre de ESPACIO PÚBLICO queremos ayudar a crear ese medio de encuentro, de participación y de comunicación a través del cual podamos ir haciendo una opinión pública en Tomares, una opinión pública informada y crítica, sociable y participativa.

ESPACIO PÚBLICO cumplirá su objetivo si conseguimos que vosotros y vosotras os animéis a participar enviándonos vuestras opiniones, fotografías, críticas y colaboraciones.

Tomares no puede ser solamente una ciudad dormitorio sino que debe aspirar a tener su propia vida ciudadana, para lo cual necesita de ESPACIO PÚBLICO.

jueves, 3 de abril de 2008

El refranero español


(En algún sitio leí que los refranes contienen fragmentos de verdad)

DIME DE QUE PRESUMES... Y TE DIRÉ DE QUE CARECES

Que fácil resulta lanzar un slogan. A alguien se le ocurre que esta frase suena bien, que tiene gancho, que es original, etc. y se decide ponerla a trabajar. En el caso que nos ocupa a algún publicista aventajado se le ocurrió que Andalucía era de tercera o de segunda, hablando de categorías (no sabemos a que categoría se referiría) y que debía ser de primera. Entonces el PP dijo: “¡Eureka!”. Ea, pues “Andalucía de Primera”. Ya éramos de primera en cuanto a tener la montaña más alta de la península, la extensión mayor deterritorio, el mayor número de habitantes, el río más grande –como su propio nombre indica-, la costa más extensa, -hasta el sitio donde más llueve y a la vez donde menos llueve- y seguramente muchas cosas más en las que ser primeros. Pero para abaratar el costo de la publicidad decidieron que todos los pueblos fueran de primera. Tomares también. Así que “Tomares de Primera”. Pero no se trataba de una campaña efímera, no. Una campaña permanente. Grabada casi a fuego.

Veamos. Uno se compra una bonita vivienda en lugar céntrico y de características andaluzas: inmaculada fachada blanca y tejados rojos. Una preciosidad. Y empezando por su propia casa deciden hacerla “de primera” colocando publicidad envolvente a tres fachadas –porque no tiene cuatro-. Una publicidad sutil, elegante, con estilo, nada agresiva y como cuando se oculta el sol
a lo mejor no se ve bien pues se le ponen una buena batería lumínica para que no se olviden los tomareños que clase de pueblo queremos. ¡Ah!, y con la foto del alcalde del PP –contrario totalmente al culto a la personalidad- el que tanto denostaba que la anterior alcaldesa fuera
fotogénica. No sería malo hacer un ejercicio de matemáticas a ver quien lleva más horas de presencia carteril en un lugar público.

El señor alcalde debería saber que en ciudades y pueblos DE PRIMERA es el Ayuntamiento el que legisla para que las rotulaciones sean de pequeñas dimensiones, nada estridentes, acordes con la vivienda sobre la que se coloca, anagramas en forja o en cerámica: estilo y categoría para ser de primera y hacer agradable el paisaje a la vista. Evitar este tipo de polución ambiental
hortera-cartelera tanto de día como de noche sería recomendable. Porque efectivamente, una cosa es presumir y otra contaminar.


A.G.

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