Bienvenido a TOMARES Espacio Público

La ciudad es hoy el espacio de todos los encuentros y, por lo tanto, de todas las posibilidades, es el terreno de todas las contradicciones y de todos los peligros dice la Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad (Saint Denis 2001) . Es en la ciudad donde se abren las condiciones para una democracia de proximidad, es en la ciudad donde se presenta la ocasión para que todos los ciudadanos y ciudadanas participen en la definición y animación de un espacio público de calidad.

Una ciudad o un pueblo no es solamente un conjunto de casas y de calles amontonadas o dispuestas en serie sobre un espacio cualquiera, una ciudad se define en torno a un espacio público, cuyo acceso esté abierto a todos, pero ese espacio público no es tanto un lugar físico como un medio de comunicación en el que podemos encontrarnos con los otros a través de la palabra. El filósofo alemán Habermas define el espacio público como ese espacio simbólico en el que se hace y habita la opinión pública.

Con estas páginas –querido lector- que ponemos en tus manos, con este hermoso nombre de ESPACIO PÚBLICO queremos ayudar a crear ese medio de encuentro, de participación y de comunicación a través del cual podamos ir haciendo una opinión pública en Tomares, una opinión pública informada y crítica, sociable y participativa.

ESPACIO PÚBLICO cumplirá su objetivo si conseguimos que vosotros y vosotras os animéis a participar enviándonos vuestras opiniones, fotografías, críticas y colaboraciones.

Tomares no puede ser solamente una ciudad dormitorio sino que debe aspirar a tener su propia vida ciudadana, para lo cual necesita de ESPACIO PÚBLICO.

domingo, 2 de diciembre de 2007

¡Salvemos la Factoría de las Artes!










La coalición PP – PA que gobierna en el Ayuntamiento, con el inestimable apoyo en la sombra de Izquierda Unida, ha decidido enterrar definitivamente la propuesta estrella con la que nos presentamos a las últimas elecciones municipales: la Factoría de las Artes.

Los argumentos son ya manidos y archiconocidos. Hablan de “despilfarro”, comentan en un Pleno que es “caprichito de la alcaldesa”, como si se tratara de la construcción de un juguete caro e inútil que deberían pagar los bolsillos de los tomareños sin obtener nada a cambio y sólo para satisfacer la, según ellos, “megalomanía” de Antonia Hierro.

Pero ¿en que consiste realmente este proyecto?

La Factoría de las Artes encarna y sintetiza toda la estrategia municipal de nuestro grupo a la hora de responder a la pregunta: ¿Qué queremos que sea Tomares?

Esta pregunta comenzó a responderse hace ya más de ocho años cuando nuestro grupo municipal se hizo cargo del gobierno municipal. Fue inicialmente una negativa, una rebelión contra una idea muy extendida: aquella que atribuye a las poblaciones próximas a urbes importantes como Sevilla un único destino posible, el de transformarse en “ciudades dormitorio”, esos espacios urbanos desangelados, frios e inhumanos, en los que lo público se ha reducido a su mínima expresión, donde las nuevas áreas de vivienda son islas cerradas a cal y canto y donde los antiguos vecinos y los recién llegados viven en mundos paralelos que se ignoran mutuamente.

Queríamos construir algo diferente: una comunidad integrada, formada por personas libres, tolerantes y respetuosas de los valores cívicos, y por ello entendimos el enorme potencial de la educación y de la cultura como factor de cohesión social y de desarrollo económico y social.

Dentro de esta concepción, la Factoría de las Artes se constituye en la piedra angular, la llave maestra de esta construcción. Un complejo cultural proyectado por el Arquitecto Guillermo Vazquez Consuegra, Premio Nacional de Arquitectura y flamante Premio de Arquitectura de Andalucía que pretende ser una auténtica Fábrica de Cultura (de ahí el nombre de Factoría) hecha por y para los vecinos de Tomares.

Una parte fundamental del complejo, estaría destinado a la formación académica de los jóvenes en distintas disciplinas artísticas: las Escuelas de Música, de Artes Escénicas, de Artes Plásticas y de Danza. También contaría con un Laboratorio de Fotografía y otro de Audiovisuales. Dispondria de espacios de representación tales como un Teatro cubierto, un Cine de Verano/Teatro al aire libre y una Sala de Exposiciones. Alojaría también a los talleres municipales que tan bien han estado funcionando durante todos estos años. Finalmente, una Guarderíaludoteca acogería a los más pequeños mientras sus padres se encontrasen desarrollando algunas de estas actividades.

Pero ahora, todo esto pretende ser tirado por la borda por el nuevo equipo municipal. Han manifestado públicamente su decisión de no realizarlo y en su lugar adaptar el viejo edificio del Colegio Tomás Ibarra como contenedor de una “Casa de la Cultura”, destinada fundamentalmente a la impartición de talleres.

Esta idea viene a retomar el viejo concepto de los talleres ocupacionales, como lugares donde los ciudadanos, y muy en particular las mujeres, acuden para adquirir unos conocimientos instrumentales en áreas diversas, al mismo tiempo que escapan por algunos momentos de la rutina cotidiana.

Los socialistas ni estuvimos ni estamos en contra de este tipo de actividad, que tanto ha hecho sobre todo por las mujeres, e incluso pensamos que aún hay mucho terreno por hacer en ese campo. Pero también pensamos que ya es hora de dar un salto cualitativo en este concepto, y cambiar lo que es una mera formación ocupacional e instrumental por una auténtica formación cultural, concepto que engloba y supera al anterior.

La cultura entendida como desarrollo integral del individuo que le permite asomarse a una comprensión más amplia del mundo que lo rodea y no sólo ser apto para realizar una determinada tarea manual o intelectual.

Cultura para todos, para hombres y mujeres, para jóvenes y mayores, para padres e hijos, para formar ciudadanos lúcidos e inteligentes, porque el primer paso para comenzar a cambiar el mundo violento, cruel e injusto en que nos ha tocado vivir es llegar a comprender cuáles son sus reglas. Y para aprender que detrás de toda esa terrible fealdad que a veces nos muestra, guarda también una enorme capacidad de belleza que entre todos podemos descubrir.

Es por ello que queremos que la Factoría de las Artes se construya. Y porque si aún todos los argumentos anteriores no fuesen suficicientes, existe otro de carácter más inmediato: la Factoría situaría a Tomares en el mapa cultural de Andalucía igual que (salvando las distancias y las escalas) el museo Guggenheim ha situado a Bilbao en el mapa cultural internacional.

Está demostrado y tenemos múltiples ejemplos de ello, que la existencia en un municipio de un edificio emblemático, sirve de foco de atracción y punto de referencia para la comunidad, provocando un interés creciente hacia los contenidos que allí se ofrecen y generando un desarrollo económico importante en el entorno. Y que en aquellos sitios donde se situan en los centros históricos de la localidad, estos se revitalizan y revaloran, dando una nueva vida a la
zona.

De ahí, que todos los responsables políticos de territorios, desde comunidades autónomas, hasta grandes ciudades o pueblos importantes, quieran tener en su término, edificaciones con un valor arquitectónico destacado, y en la mayoría de los casos en sus cascos históricos. Desgraciadamente aquí parece que marchamos en sentido contrario, rechazando un edificio innovador y de alto valor estético.

Por ello, y porque ante todo nos preocupa Tomares, no queremos hacer de esta cuestión un elemento de confrontación política. Este es un tema que nos interesa a todos los tomareños, votemos a quien votemos. Pedimos por lo tanto a los partidos políticos que hoy detentan el gobierno municipal que recapaciten y reconsideren su decisión y proponemos un gran acuerdo entre todos en defensa de este proyecto.

Tomares lo necesita.

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